Tras el éxito de su visita en la anterior temporada de Ibermúsica, la orquesta Philharmonia regresaba a España con su director titular, Santtu-Matias Rouvali, y una solista invitada de lujo: la pianista Yuja Wang. La agrupación ofreció tres conciertos en nuestro país los días 12, 13 y 14 de diciembre en Madrid, Zaragoza y Barcelona respectivamente. El público disfrutó Romeo y Julieta, obertura-fantasía y la Sinfonía núm. 4 de Chaikovski y el Concierto para piano núm.1 de Rachmaninoff con Yuja Wang. Estas son algunas de las impresiones de la gira recogida por la crítica musical.

<<La velada se sobrepuso al caos provocado por la nieve en Londres, que obligó a cerrar sus tres aeropuertos. Tanto la solista como el director y los integrantes de la orquesta llegaron a tiempo a Madrid, aunque desperdigados en diferentes vuelos y algunos músicos tuvieron que tocar en ropa de calle. Pero el cansancio de la odisea no afectó al resultado del concierto. Lo comprobamos en la pulida versión de la obertura-fantasía Romeo y Julieta, de Chaikovski, que abrió el fuego (…) Wang impuso su eléctrica e intensa concepción de la obra. Además de la partitura, parece que la pianista china conoce bien la grabación que realizó el compositor, entre 1939 y 1940. No solo resolvió con la misma insolencia juvenil las dobles octavas o las ristras de semicorcheas que siguen a la chaikovsquiana fanfarria que abre el vivace inicial, sino que persiguió la misma fluidez y brío en cada pasaje de la obra. En ese afán, no dudó en atropellar a la orquesta británica al final del desarrollo. Y decantó la balanza hacia la cadencia que convirtió en uno de los mejores momentos de la velada. La abrió entre llamaradas de acordes, contuvo la respiración en el allegro moderato y supo escalar la tensión del maestoso que disparó la coda final. El movimiento lento fue otro prodigio de musicalidad y, especialmente, en la bellísima reelaboración del tema inicial, que el piano llena de filigranas camino de la codetta. Se escuchó otrotour de force entre solista y orquesta en el tercer movimiento, aunque volvió a brillar el rubato de Wang en la sección central que sonó casi como una improvisación>> El País

<< BCN Clàssics (…) sentó al piano a toda una estrella del siglo XXI, la consagrada y excéntrica intérprete pequinesa Yuja Wang, quien electrizó al público junto a ese prodigioso instrumento que es la Philharmonia Orchestra londinense. (…) el ‘Concierto para piano Nº 1 en Fa sostenido menor, Op. 1’ se trata de un salto mortal que el compositor comenzó a escribir con 17 años y que exige una técnica férrea, aspecto que Yuja Wang sabe exhibir como pocos (…) Wang electrizó al público con su digitación magistral, con una cadencia impresionante en el primer movimiento mostrando un dominio absoluto de la obra. La ovación que recibió se saldó con tres pirotécnicas propinas.>> El Periódico

<<Yuja Wang es pianista cuyo virtuosismo asombra, porque se basa en unos dedos de agilidad tan felina como precisa. En otras ocasiones la hemos escuchado a velocidades vertiginosas, casi imposibles para que el discurso, pese a tan extraordinaria precisión, llegue con la necesaria claridad (…) La china se encuentra, cómo no, a gusto en las aguas de la pirotecnia pianística en las que en tanta medida se mueve ese concierto. Su despliegue a lo largo y ancho del concierto, y muy especialmente en la espectacular cadencia del primer tiempo y también en el arrollador final del tercero, fue realmente extraordinario (…) Rouvali evidenció, una vez más, que es un director de enorme solidez técnica y de una notable personalidad artística. El gesto es siempre diáfano, preciso, justo y, en fin, lo que las orquestas disfrutan más (y más aún cuando los ensayos no abundan): un mando preciso, claro, sin alegrías teatrales innecesarias y con solidez musical. El joven finlandés construyó con esa solidez el edificio dramático de esta obra redonda, desde el enérgico comienzo hasta las inflexiones de tempo (esos largos pasajes de poco a poco stringendo) o los prolongados crescendi, siempre admirablemente logrados (…) La orquesta británica demostró, como su director y también la solista, una profesionalidad intachable >> Scherzo

<<Era, para qué engañarnos, uno de los conciertos más esperados de esta gran temporada que ha programado este año el Auditorio de Zaragoza y todo llevaba, incluso antes de que comenzara la actuación, a un rotundo éxito. Las entradas estaban agotadas desde hace días y la sala Mozart presentaba un lleno como casi no se recordaba (…)Al público le ha convencido la actuación y ha respondido con largos aplausos. No obstante, la pianista es célebre por su carismático arte, su honestidad emocional y su cautivadora presencia en el escenario>> El Periódico de Aragón

<<(Wang) demostró con creces atesorar los medios y la técnica imprescindibles para hacer justicia a la exigente escritura pianística de Rachmaninoff. El sonido generoso, amplio, caudaloso, apolíneo, esplendoroso y rutilante llenó la sala. Ni una nota abierta, todas brillantísimas, con una prodigiosa mano izquierda y una capacidad para frasear con lirismo y elegancia y, al mismo tiempo, desgranar infinitud de detalles, de primorosos nuances, con una transparencia y dominio de la digitación realmente asombrosos. Prodigiosa, áurea, deslumbrante (…) cantó con primor la bellísima melodía del segundo movimiento, creando magia y haciendo plena justicia al andante cantabile prescrito. La capacidad de combinar el discurso poético con el ímpetu rítmico, la hondura musical y la capacidad virtuosística brillaron espléndidamente en el tercer movimiento>> Codalario

(C) Rafa Martín, Ibermúsica